Bueno bueno bueno…
Este año hemos sido los más rápidos del oeste, y los riopormeros han sido los encargados de dar el pistoletazo de salida a la temporada de comilonas navideñas 2024, y como la ocasión lo merece, se hizo por todo lo alto.
Nos esperaban en el restaurante Ezequiel, a la sombra del precioso Edificio de Botines y, como siempre, no pudieron tratar mejor a nuestros pequeñuelos.
Ser los primeros tiene sus ventajas, y es que el cuerpo aún está tiernecito y listo para meterse entre pecho y espalda todas las deliciosas viandas que te pongan por delante, y así sucedió. Me consta que, cual plaga de langostas, los riopormeros asistentes arrasaron con todo. Deliciosas carnes, suculentos pescaditos, y como no, dulces y calóricos postres. No quedaron ni las arrebañas.
La cena de Navidad es siempre algo más que ponerse tibio. Es un momento de reencuentro, de risas, y de buen rollito entre amigos, que se agradece para dejar, aunque solo sea por un rato, las prisas y las preocupaciones del día a día.
Desde luego, fue un gran entrenamiento para todo lo que está por venir, que ya sabemos que cuando se cena en casa de mamá en navidad, hay sobras hasta el 8 de Enero 😛
Y nuestras riopormeras dándole el toque de glamour a la noche
Un año más, hemos podido reunirnos y celebrar que seguimos aquí con ganas de fiesta, y listos para afrontar otro añito de pesca más.
¡El año que viene, repetimos!